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Niños pastores en Mozambique
Casi un tercio de los niños de este país africano no estudia y el trabajo infantil no es una excepción. Se dedican al comercio ilegal, ayudando en las tareas familiares, con el ganado o en el campo.
En Mozambique, el trabajo infantil no es una excepción. Casi un tercio de los niños de Mozambique no estudian. Según un estudio realizado por la Universidad local Eduardo Mondlane, el 44% de los niños y adolescentes son obligados a trabajar en el comercio ilegal, el 14% para ayudar a la familia y el 11% en campamentos familiares.
Julinho Josías Mulhanga vive con su abuela materna, quien trabaja en la machamba (tierra de cultivo comunal de la que se alimentan las personas que pertenecen a la comunidad).
En Mozambique, la edad mínima para trabajar se ha fijado en 18 años; sin embargo, la Ley del Trabajo establece que, excepcionalmente, el trabajo podrá realizarse a partir de los 15 años.
Batista vive con su padre y su madre. Fue su padre quien le enseñó desde pequeño a contribuir a la economía familiar.
‘Xibalakatsa’ en el dialecto xichangana o ‘fisga’ en portugués es el nombre que se le da a la principal herramienta de caza junto a la cual estos pastorcitos pasan el día. Con él, suelen cazar pajaritos que les sirven de alimento en las largas jornadas de pastoreo en el campo
Otra de las herramientas básicas en la vida de cualquier mozambiqueño que viva o trabaje en el campo es la catana. En este caso, Guilherme Carlos Buquê, de 14 años, es el encargado de llevarla. Es una herramienta multifuncional y la utilizan para defenderse del ataque de otros animales, así como para cortar leña y preparar el fuego, abrir cocos…
Leonardo Baptista Cossa, es el mayor de este grupo de niños pastores. Acaba de cumplir 17 años y nunca ha pisado una escuela. La incapacidad de leer y escribir perpetúa el ciclo de pobreza intergeneracional y reduce el crecimiento económico del país a largo plazo.
Julinho y Chissano están desde que tienen memoria al lado del ganado y no saben hacer nada más. Les gustaría mejorar sus condiciones de vida, pero al no haber tenido acceso a la educación, ahora tienen 15 años y se encuentran en una situación muy difícil para acceder a cualquier formación. Según datos recientes de la UNESCO, el analfabetismo entre los adultos en Mozambique es del 45% y afecta al doble de mujeres que de hombres. El fenómeno es más frecuente en las zonas rurales, donde vive el 57% de ellos, frente al 23% que vive en las ciudades.
Batista Adélia Chemane tiene 13 años, no estudia y nunca ha ido a la escuela, pero maneja el ganado con la misma habilidad con la que sus compañeros saben sumar y restar en la escuela. El gobierno de Mozambique ha denunciado la presencia en el país de alrededor de 1,5 millones de niños trabajadores a causa de la pobreza y con un salario inferior al mínimo establecido en el país, según datos de la Agencia Fides.
Mozambique tiene alrededor de 30 millones de habitantes, de los cuales casi dos millones son huérfanos y una cuarta parte son huérfanos del SIDA, según ONUSIDA.
Leonardo Baptista Cossa, es el mayor de este grupo de niños pastores. Acaba de cumplir 17 años y nunca ha pisado una escuela. La incapacidad de leer y escribir perpetúa el ciclo de pobreza intergeneracional y reduce el crecimiento económico del país a largo plazo.